
[Viajar es otra forma de quedarse en casa]
Marisol Vera Guerra
Estos poemas fueron publicados originalmente
en el libro Otras mujeres como lobas (Jade Publishing).
Utopía
Imagino un mundo sin capitalismo
mientras bebo a sorbos la luz artificial
de un anuncio de perfumería
en esta mesa rodeada por hombres extraños
mi cappuccino no es tan dulce
para enfadar al alma fitness que me habita
sí lo suficiente
para que mi amígdala trote
como una escaramuza: Debo entrenar
de vez en cuando al miedo
por si vuelvo a estar secuestrada en la Sierra Gorda
o perdida
entre las lenguas romance y las anglosajonas
buscando mi gate con la ilusión de volver a casa
como si a algún lugar del planeta
pudiese llamarlo “mío”
la palabra casa se derrumbó hace más de veinte años
tras una puerta de cedro
era entonces una chica sencilla
(la infancia guardada en un puño
pastosa como Play-Doh)
juro haber bebido
leche de una caja / agua embotellada
hasta que tuve edad para votar
cuando el Libre Comercio se volvió
una enzima en nuestros cuerpos
¡en el umbral del siglo todo tenía olor a nuevo!
no al estilo de la “Suave patria”
(Velarde nunca imaginó el arrullo en la oreja
de un iPhone recién salido de la tienda)
sino
un código deslactosado
libre de gluten
y de días amargos
este café en todo caso
no se parece al que servía mi abuela
luego de quitar la olla de peltre
del fuego
el sabor de la nata sobre la leche recién hervida
es ese tipo de cosas que vienen a mí
cuando estoy
a punto de cruzar una frontera
y miro bajo el ala del avión
los residuos del derrumbe
por el que he pagado con mi Visa Electron