Yo vengo de un país
Javier Vargas de Luna
Yo vengo de un país sin predicciones
que baja las cortinas con la lluvia
que se abre con miedo hacia la calle
¡que anuncia que hoy anuncia su silencio!
De aquel pueblo de aguaceros
de horas más eternas en los sueños
de noches que nunca confundieron
las voces más intensas y el cansancio
De un puerto tan distinto
de un puerto hecho de vidrio
donde todo era menos extranjero
(se dejaba en los hijos cabos sueltos
y la gente amaba los cristales de lo incierto
—incluso las palabras ignoraban
la letra que previene
la p del diccionario
la p de los prejuicios
la p del puente derruido
o la p de una paz de utilería—)
Aquello era verdad sin ser preciso
(de un pueblo tan distinto)
en la prehistoria libre de presagios
(de un puerto hecho de vidrio)
y en el paisaje poderoso de pensarlo
Perfecto en el país de su pasado
pretencioso el pie en esta parte del poema
se presiente perenne
presente y protegido
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