
Él era un adulto
Javier Vargas de Luna
A mi padre
(no…, mejor a mis hermanos)
Él era un adulto tan deliberado
un serio sin boca en las sorpresas
vecino a ciencia cierta del orgasmo
capataz repetido y mal pagado
Él era así
un libro que anochece y el insomnio
campana de las doce y la ronquera
(como el cortocircuito del aliento)
Era la lluvia imprescindible que no llega
temblor profesional a cada rato
Él era así
maduro a todas horas
sombrío si la sombra era tardía
la excursión más puntual de una blasfemia
silogismo sin cuaresmas
rotundo de aspavientos
carcajada ritual
ecuación que transpira
Lo juro, él era así
un Che Guevara insuficiente (como todos)
un coágulo de aplausos
un beso de instructivos
abrazo por encargo
industria en la ternura
y él era ingenuo, a pesar de tanto
“Él era así” es más que un estribillo
(y en forma equivocada la crítica lo canta):
es filiación de un eco
es mutación del alma
y el poema lo entona para evitar el llanto
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