
Epístola a un poeta en el exilio
isaura Calderón
a la memoria de Pedro Garfias
Desgajado laurel con las raíces al aire,
Pedro Garfias, Poeta.
Yo me asomé a tus ojos de niño trashumante
y hallé la primavera y el pájaro y la espiga;
miré tu corazón de huérfano que late
en tu soberbio verso —parábola de luz—,
que te ciñó la frente preñada de saudades
con laureles de Mantua, de Atenas y de Iberia.
Me iluminó de paso mis viñas en agraz
y me ubicó en el Tiempo: Isla en tus vastos mares,
pequeña escarpadura que emerge hacia los cielos
a la caza del eco en los yermos roquedales.
Pedro Garfias hermano: Soy tu hermana pequeña;
el árbol y las aves me dieron tu mensaje,
en la nube y el viento llegó a mis costas áridas
y tu gran voz resuena en mis grises litorales.
Tu «sueño de esta hora», allá en los verdes prados
ensalma mi horizonte; desde mis soledades
lloro tu llanto-ausencia, y «al vuelo de tus ojos»
me miro en Eaton Hastings soñando tus trigales.
Voy tras los segadores respigando en tus huellas
unas pocas espigas para mis largas hambres;
como Rut por los campos del generoso Booz,
juntaré unas gavillas de tus trigos astrales.
Que el Señor te devuelva tu Blanca Andalucía
y te trace el sendero a la Casa del Padre.
Referencias:
Calderón, I. (2015). Amor sin tiempo. Colección Seis poetas en el Metro. México: ITCA-Conaculta.
Ortiz, O., y Ortiz Galicia, T. (2015). Ensayo panorámico de la literatura en Tamaulipas (t. II). México: ITCA.