Diez poemas
Gastón Alejandro Martínez
Gema
Para mi madre
Canté desde la cuna
para llamarte, para despedir
a mi padre, para seguir en su recorrido
a las voces de los patios, venidas
acaso de las trenzas de la tierra.
Los chongos negrísimos de las novias
en la hierba, en el agua, desprendían
Notas puras de música
Gargantas ahítas de canciones
Un cordonazo de viento que encendía las radios
y acicateaba la melodía feliz
del niño rodeado de mujeres.
Canté desde la cuna, ya no canto
¿Cómo cantar sin mis cantoras?
¿Cómo despertar, despedirse, amar?
¿Cómo reconstruir los senderos, los arroyos?
¿Cómo hacer que mis piedras vuelvan a sonar?
Estabas ahí, tía Charo, en la parada del tranvía
Con todos esos gestos bienhechores
de los que eras capaz. Y ustedes también, abuelas
Amigas muertas de mis días de cantar
De beber vino y no hacer nada, sólo cantar
Estaban todas en mi sueño y allí mismo
sabía que eran fantasmas
Sombras en el mundo de las sombras
y aun así me reconfortaban.
¿Entiendes por qué te digo, madre,
que tu vida me lastima?
Has dejado de cantar y yo contigo.
(De Los pisos invisibles. Inédito)