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DE VERSERÍA

Décimas y versos del hijo del vendaval

David Celestinos Isaacs

El regreso infinito

Y vuelvo como al principio 

a mi espesura, al agua. 

He soltado mi piragua 

en algún lugar del sitio  

y dejado el mito de nacer 

y hoy me siento desfallecer, 

busco mi antigua morada 

mi cuna, mi ser, mi nada 

para ser nueva alborada. 

 

Vengo a entregar mi corazón, 

mi espíritu inconsulto, 

mis palabras en tumulto 

a apagar toda confusión, 

dar todo menos mi pasión 

para rescatar lo que fui, 

nauyaca, tigre o jabalí, 

quizá coyote del monte, 

pluma mecida por el norte, 

no sé, tal vez un colibrí. 

 

Quiero ver mi antiguo rostro 

a mi espejo empolvado 

para renacer colmado 

en aquél que fue mi otro 

tiempo que hoy es remoto 

en cual fui puro lozano, 

en lo hondo del arcano 

y ríos de pedernales 

¡mundo que tuve en mi mano! 

 

Selvas santas de chamanes, 

tepas, promiscuos agoreros, 

creaturas conmigo certeros 

en gestaciones inanes, 

así lentamente, sin desmanes 

me di a luz en las marismas, 

aguas salobres las mismas 

que me transportaron al mar 

entre tormentas sin parar 

¡piélago de amor y carisma! 

 

Más de pronto habló el trueno, 

la Tierra Madre se guardó, 

gran aquelarre suscitó, 

culebras parieron del suelo 

y miles de aves al vuelo 

cruzaron los horizontes, 

y entre silbar de cenzontles 

la voz del violín afloró, 

el Huapango se coronó 

entre los teenek con frontes. 

 

Vinieron orgiásticas fiestas, 

númenes y yo, mi abuelo, 

tramamos la vuelta y el celo 

en rehacer nuestras testas, 

sabiendo que habría respuestas 

al regreso o al comienzo, 

por eso acaso yo pienso 

que el ser profundo pervive, 

que el flujo de sangre sigue 

entre drásticos esfuerzos. 

 

Y ahora que he vuelto a mi sitio, 

a mi antiguo hogar sin más, 

siento venir del más allá 

pues he cumplido mi ciclo 

y hoy, hermanos todos, digo 

que he vuelto para ser lo que fui, 

cañal, milpa, chile piquín, 

lluvia, remanso, tempestad, 

quiero hermanos hallar la verdad 

¿es lo mismo principio que fin? 

 

¡Enhorabuena hermanos! 

ya se oye jolgorio de trinos, 

van y vienen peregrinos 

enlazados con sus manos, 

llegan los tepas, los enanos, 

incienso y muchas flores 

que nos pinten de colores, 

ha llegado el Huapango 

ya todos están cantando 

¡les digo adiós con amores! 

diciembre, 2012

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