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DE VERSERÍA

Décimas y versos del hijo del vendaval

David Celestinos Isaacs

Lo que comienza acaba

Aprovechando una tregua en las constantes lluvias que caen en la pequeña bahía de mi asentamiento en Playa Chachalacas, me apresuro a bajar de mi atalaya para hacerme a las delicias del mar, que por el momento sus olas están suaves y cadenciosas.  

 

A unas cuantas brazas de la orilla me tiendo sobre mi barca y contemplo un inefable espectáculo de nubes en constante transforamción rielando sobre el alto celaje.   

 

Y así como esas nubes esponjosas y aceradas, así de pronto, me vino a la cabeza esta cadena de décimas que en estos momentos escucho como una voz salida del arcano de mi alma: 

Todo por servir se acaba 

y todo comienzo termina. 

Decir esto me conmina 

a la vez quitar la aldaba 

de mis acciones pasadas, 

que cual máquina del tiempo 

ella acumula con tiento 

aciertos, también fracasos 

más si estoy en el ocaso 

pero aún me queda aliento. 

  

Pero aún me queda aliento 

para decir de viva voz 

que en mi carrera veloz 

el gozo fue mi alimento, 

y si hice el intento 

de actuar siempre con cordura 

creo que faltó levadura 

para hacer bien terminada 

la obra de huapangueada 

sea por amor o locura. 

  

Sea por amor o locura 

di mi corazón entero 

la fuente trocó en venero 

y el agua por la espesura 

se holgó como fruta madura. 

Los sonidos crearon sones, 

latidos de corazones 

en huastecos y mexicanos 

de entonces, mano con mano, 

nos premian con sus canciones. 

  

Nos premian con sus canciones 

los hermanos huapangueros: 

unos son como jilgueros 

otros trovan sus pasiones, 

los bailadores con tacones 

retumban a la tarima 

con tráfago que alucina. 

El caimán o Caballito 

El llorar o El huerfanito, 

huapangos de gran estima. 

  

Huapangos de gran estima 

todo huasteco los adora, 

todos desde aquella hora 

armaron una gran pila, 

que hoy mi mente aún maquila 

cómo tantos peregrinos 

forjaron nuevo destino 

del norte, del sur, del este, 

formando arco celeste 

de quien puso ejemplo y tino. 

  

De quien puso ejemplo y tino 

el futuro recordará. 

Por eso ahora en amistad 

muchos perdones les pido, 

pues está más que sabido 

que aquel que siempre recoge 

y dios los frutos escoge 

de aquello que es profundo, 

desechando lo infecundo 

y este es el fin de mi goce. 

  

(2008) 

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