
Magaly Monserrat
Daniel Torresfraga
yo quisiera en perfume convertirte,
¡convertirte en perfume y aspirarte!
S. Díaz Mirón
Hay tardes en las que aún te espero
Y llego a la encrucijada de las calles
del ocaso
Con el claroscuro de mi voluntad rendida
Vuelvo a ese lugar donde todo se trata de ti
Y el aire permanece cortado a tu forma esbelta
A tu aroma
A todavía…
Ese guardado olor exquisito que ya no te contiene
Como el frasco vacío de tu perfume favorito
Con el pensamiento a contracorriente
De la muchedumbre donde no vendrás
Entre las baldosas rojinegras de la Díaz Mirón
Sigo el trazo de sus grecas con la mirada
Hasta el lugar de tu aparición primera
La Epifanía
Con el latido entre las manos ansiosas
Reías, como ninguna
Cuando te hablaba de la divina inutilidad de los poetas
–enamorados de ti–
Esos locos irredentos que desde las cornisas te tiraban a matar.